martes, 3 de abril de 2012

Leprosería de Titagart

El retraso de nuestro autobus me sirvio para entrar en un ciber y escribir en este blog las notas que habia ido tomando, si bien como era bastante cutre, le tenia que dar buenos zurriagazos a las teclas, por lo que habreis observado buenas faltas mecanograficas, especialmente la.falta de la ñ.

Nuestro autobus no vayais a pensar que es uno de esos a los que estamos acostumbraos en españa, este ni aire acondicionado, ni nada, por no tener no tenia ni puerta . Despues de un buen rato por el caotico trafico, llegamos a la leproseria Ghandi que esta a cargo de un misionero de la caridad, quien nos recibio y nos explico la labor del centro.
Para llegar a la leproseria hay que cruzar las vías del tren


Hay una parte del centro donde se atienden a los enfermos que viven en sus casas, en esta parte es donde esta el quirifano para amputaciones. Al otro lado de la via del tren la cual hay que cruzar a toda pastilla pues no paran de pasar trenes abarrotados de gente, esta los pabellones para unos 200 internos, asi como un taller para la confección artesanal de protesis, los telares y la granja de animales.




Entramos en los pabellones, primero en el de hombres y después el de mujeres y en ambos casos la impresión fue la misma, nos estaban esperando ilusionados. No se si sabían que íbamos a ir o no pero unas personas que te reciben con la cara iluminada por una sonrisa abierta de par en par, juntando las manos o en algún caso lo que quedaba de ellas para decir "namaste", eso no me emocionó de tristeza ni pena, sino de de esperanza por la labor que en esas gentes se esta llevando a cabo.

El Director de la leproseria en el taller de prótesis


Nos explico el director del centro que en la India hay del orden de diez millones de leprosos y representan la mayor escala de exclusión social, pues a la enfermedad propiamente dicha se une que la gente piensa ¿que pecado habra cometido para que Dios o los dioses le hayan castigado de esa manera? por tanto son abandonados por su familia y un vez curados no vuelven a encontrar acomodo laboral ni social.

En otro barracón se encuentran los telares donde los enfermos se encargan de realizar el hilado, al estilo de como lo hacia Gandhi y el tejido de telas, en rudimentarios telares y donde especialmente se tejen todos los sharees que las misioneras de la caridad de todo el mundo llevan. De esta forma los enfermos cuando ya se están recuperando, ademas de aprender un oficio y obtener unos ingresos, recuperan lo que ya habían perdido en su totalidad, la autoestima.

Al terminar la visita a la leprosería nos ofrecieron un te con gallegas y la posibilidad de llevarnos telas confeccionadas en esos telares por el importe de la cantidad que cada uno quiera dar como donativo.

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