sábado, 7 de abril de 2012

New Market

Regresamos  en un ricksow "moto", en el nos metemos hasta cinco pasajeros mas el conductor, su precio 7 rupias por persona (11 céntimos de euros). La adrenalina fluye a gran velocidad. Después de nuestra gran experiencia en Prem Dan, con las pilas cargadas a tope, solo nos faltaba esa especia de coche de choque que se va metiendo por todos los vericuetos, eso si, milagrosamente sin choques. La alegría fluye por todos nuestros poros, reímos, damos gritos, abrazos, damos gracias a Dios por estar en Calcuta.



Llegamos a hotel, nos duchamos, comimos e inmediatamente volvimos a coger otro ricksow y nos fuimos camino del new market el gran mercado de Calcuta.

El bullicio en las inmediaciones es tremendo, multitud de puestos venden todo tipo de artículos, en ellos se agolpa gran cantidad de gente, preguntando, regateando, probando, tocando la mercancía, uno no sabe hacia donde mirar. Un caballero, bien vestido con blusa blanca nos indica que le sigamos hasta el New Market, un gran zoco de varios pisos. Se trata de una especia de comercial, es nos va a guiar por las tiendas de los artículos que necesitemos. Nos lleva a una tienda donde varias personas se deshacen en saludos, nos traen tres asientos, nos sirven te y agua y empiezan a desplegar, tapices, vestidos, pañuelos, todo tipo de objetos que podemos querer, lo malo es que lo queremos todo, no se habla de precio, solo de ver cosas bonitas. Una vez mas o menos decidido empieza el regateo, para lo que Maite y Gemma son grandes expertas. Con cara de exagerada alarma, les dicen que es una barbaridad lo que pide, que no pueden pagar, después con cara de poker, que no les interesa y al final nos llevamos las cosas por la mitad de precio, que seria la décima parte de lo que se pagaría en España. Cambiamos de tiendas con frecuencia, buscando otras cosas, siempre nos acompañan varias personas orientándonos sobre cosas que nos podrían interesar, el comercial va a la cabeza y nos lleva las bolsas. En todas las tiendas se repiten las mismas escenas, sentados, tomando algo, desplegando los artículos. Nos sentimos alegres, agasajados, que forma de comprar tan maravillosa, hace tiempo que no estamos acostumbrados a que se trate al cliente como algo importante, pienso en el trato en Carrefour por ejemplo, donde la ausencia de personal es tan manifiesta.


Salimos del New Market y volvemos a callejear entre los puestos, la mercancía sigue siendo bonita, pero un poco mas burda que en las tiendas de donde habíamos salido. Hay un señor que me va acompañando desde hace casi media hora ofreciéndome unas pulseras, no le hago caso, es como un moscardón con el mismo zumbido en mi oreja. Seguimos andando, probando vestidos, pañuelos, sortijas, mirando aquí y allá, al final me fijo en el zumbido que tengo a mi lado. El señor me estaba ofreciendo unas pulseras, yo no había regateado nada, no había prestado interés, pero ya me daba algo de pena y le preste atención, las pulseras iban bajando de precio y aumentando el numero. Al final le pregunte cuanta era y me dijo 50 rupias ¿cada una?, no las cuatro que ya me había puesto en la mano. Es decir menos de 1 euro por cuatro pulseras que a Avelina le han gustado mucho.

Teníamos que volver por que la celebración de la Pascua de hoy sábado santo empieza en Mother Hause a las 21 h, pero se nos ocurrió que teníamos que ir bien vestidos y con un toque hindú. Maite se compro un vestido y yo  necesitaba un kurta, la camisa sin cuello y larga de la India. Volvimos al New Market. A lo lejos el comercial ya nos vio y rápidamente nos llevo a la tienda que necesitamos, otra vez regateo y el despliegue y me lleve una preciosa camisa que seguro que aquí la usaré algún día de verano.

Al final de esa tarde trepidante nos llevamos pañuelos de seda, camisas, vestidos, pulseras, incienso, cosas de cuero, cosas de madera, tapices, recuerdos innecesarios pero muy atractivos dentro de nuestro mundo de consumismo en el que estamos atrapados.

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