Siliguri

Llegamos a la casa que las Misioneras de la Caridad tienen en esta ciudad a eso de las cuatro de la tarde. Nada mas recibirnos, sacaron jarros de agua hervida fresca y nos preguntaron si habiamos comido y les dijimos que no. En un momento nos pusieron con sencillez y esplendidez un almuerzo a base de pan, queso, crema de cacahuete y un bizcocho hecho por ellas. Fue una leccion de generosidad.

Hoy es jueves santo, por lo que celebramos los oficios de este día con ellas. Como ya va siendo habitual, leyendo las lecturas y Luis Manuel haciendo la homilia en los tres idiomas presentes en la sala, que sin embargo no es ningún impedimento para que entre nosotros haya surgido una hermandad muy adecuada para la peregrinación que estamos haciendo. El monumento al Santísimo que por Semana Santa se instala con muchisimo lujo en tantas iglesias, aqui es tan sencillo que resulta emocionantemente muy grande.

Una hermana que vivió junto a la Madre Teresa, nos contó anécdotas de los últimos días de su vida. En ese ambiente de fraternidad, a la espera de que llegue la hora de salida de nuestro tren, rezamos el rosario bilingüe y cantamos algunas canciones.