domingo, 1 de abril de 2012

Por fin Calcuta

El vuelo de Dubai a Calcuta resultó ser muy bueno, la compañía Emirates sabe cuidar a sus clientes, buena comida regional, películas de estreno y como no iba lleno, me fui y cogí una fila solo para mi para echar una cabezadita. Tambien solo acometi el aterrizaje, controlando la respiración y comprobando que las lecciones de Gemma estaban dando resultado.
A la llegada al aeropuerto me transporte al de La Habana, pero de hace 25 años, todo obsoleto pero con bastantes empleados que hicieron nuestros trámites de entrada y recogida de maletas un paseo de niños. Cambiamos algunos euros por rupias y contratamos cuatro viejos taxis que todos son de la marca Tata.

Luis Manuel en un taxi
Al salir del aeropuerto, no se si por que ya iba tan preparado mentalmente, pero el olor lo acepte sin un asco excesivo, pero desde luego huele mal. Lo de los taxis fue gracioso. Nos repartimos a raíz de cuatro por coche, es decir cuatro maletas y cuatro mochilas, unos iban con el maletero abierto, que no cerraba y fue atado con una cuerda y en nuestro caso yo iba delante con todas las mochilas mientras que detrás iba Maite, Gemma y Carmen con una de sus maletas encima.
El tráfico, como bien es sabido es totalmente caótico, mucho mas que en El Cairo que aquello me pareció el nova mas. Tambien influye el hecho de que al conducir por la izquierda a mi me sorprende mas, pero que va, si hace falta se mete por el carril contrario, se cruza para cambiar el sentido, las bicicletas atraviesan perpendicularmente la calle, los peatones van por el medio y no se preocupan en mirar y todo esto aderezado por una continua sinfonia de claxon. En un momento dado nuestro taxista se puso a discutir airadamente con otro que de buenas a primeras habia frenado en medio de la calle. Carmen, una de las monaguillas como Luis Manuel las llama, habla perfectamente inglés pero yo metido, sintiendome dentro de una película, me arranque a preguntarle varias cosas a nuesto taxista, de este modo nos enteramos que el gasoil esta al cambio a unos 70 céntimos de euro, cuando la carrera del aeropuerto al hotel que nos llevo casi una hora nos costo 5 euros, claro asi nos dijo que era carisima. Las calles estaban atestadas de coches si, pero también de gente, de mucha gente, unos bien vestidos, ellos con su  kurta y ellas con el shari que se ve que salían  de una fiesta, pero los mas viviendo la vida en ese bullicioso sin fin de tiendas misarables alternadas de vez en cuando por otros comercios que se me antojan fuera de lugar por entender que sus artículos han de ser totalmente inaccesibles para la mayoría. Esa mayoría que camina entre medias de un sinfín de puestos de comida mas o menos comestible, de tiendas que sus artículos hace años que para nosotros habría vencido el plazo de caducidad o simplemente  los que ya se preparan para dormir en medio de ese caos sin saber como va a ser mañana.
A pesar de esas imágenes no por tanto reproducidas en noticias y videos, menos impactantes, yo no me sentí conmociónado cuando vi a ese hombre joven que bien arreglado, como para salir de paseo con su novía, se lavaba las manos y la cara con el agua inmunda de una  cloaca o con lo que en plena acera si es que a  ese borde lleno de basura y escombros de la calle se le puede llamar asi,  se este preparado una familia para cenar como si de un picnic subrealistas de Berlanga se tratara o tantas otras imágenes de vida y miseria se nos estaban presentando como los créditos de una película, por que era asi como yo me sentía , como metido dentro de algo que tan sólo es posible dentro de un mundo irreal.
Pero en modo alguno nadie de los que viajabamos como pasajeros en ese taxi nos sentimos desánimados si no todo lo contrario, con la sensación de estar viendo algo a medio camino entre una pesadilla  y un sueño irresponsable de aventura.
Al llegar al hotel el taxista , al que ya le habíamos dicho que le daríamos una propina, quiso además conseguir alguna mas y lo consiguió.
La primera  imagen de nuestro hotel Circular es que no desentona en modo alguno con Calcuta y que internet te la puede dar con queso ¿como conseguirian hacerme creer que este hotel seria un remanso de paz cuando volvieramos  cada día de ver más y más miserias? Pero una cosa buena tiene y es wifi para poder cumplir el cometido que me prometí de contarle a mis amigos y a mi familia lo que a muchos de ellos les gustaría conocer, asi como ser notario fiel de lo que mis cinco sentidos como poros de la piel recién salidos de una ducha muy caliente son capaces de absorver.
La habitación ya la describiré en otra ocasión para no alarmar a algún lector impresionable pero como ya sabéis que me gusta ser positivo os diré que tiene  aire acondicionado, que ahora mientras escribo tumbado en la cama, el ventilador del techo mueve el aire frío que sale del aparato y que a las cucarachas las he conseguido mantener a raya.
Sister Leen en el hall del hotel Circular

Mientras esperábamos en el hall del hotel aparecieron dos  monjas de las Misioneras de la Caridad, las primeras de las muchas que me imagino veremos los próximos días, las saludamos con la afectuosidad que se acostumbra en estos pagos, manos unidas ante el pecho, una leve inclinación del cuerpo hacia adelante y un dulce namasté pronunciado entre medias de una sonrisa. Ellas portaban una misteriosa caja que se la entregaron a Silvestro, el diácono que nos acompaña. Un diácono es una persona que ha realizado sus estudios eclesiásticos, puede presidir algunas celebraciones e impartir determinados sacramentos. Le acompaña su esposa Antonietta y sus hijas Deborah y Noemí.
En esa caja iban los objetos necesarios para celebrar la misa. Nada más dejar las maletas, nos reunimos en la habitación mas grande y celebramos la misa  del Domingo de Ramos en Calcuta. Allí nos dijo Luis Manuel unas palabras que quizás dan el sentido a este viaje, "Calcuta no tiene solución, nosotros no hemos venido a salvar Calcuta si no a que Dios nos salve en Calcuta".
Las misas bilingües son un encanto, cada uno reza y sigue la misa en su idioma, el murmullo es fascinante, una lectura es en Italiano, otra en español, un canto en Italiano y otro en español, pero todos juntos ante el improvisado altar en una mesilla de noche en una tierra tan terrible y alejada de nuestra casa.

4 comentarios:

  1. que alegría de tener noticias vuestras, y que noticias. cuando leo lo que escribes me lo estoy imaginando y seguro que no llego ni a la décima parte de lo que es, pero desde aquí lo que puedo hacer es daros ánimos y fuerza para que podáis trasmitir ahí la alegría que caracteriza a los Janeiros. un abrazo fuerte para todos. Javier y Virginia

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  2. Querido José Mª

    Nos alegra ver con que buen animo encaras las primeras horas en Calcuta.

    Debe ser impresionante, y muy distinto a lo que estamos habituados.

    Una verdadera experiencia.

    Un beso de mamá y Chari

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  3. Y un abrazo para todos tus compañeros.

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  4. Queridos Janeiros "Indios":
    Qué suerte poder tener Misas en la casa Madre y celebrar con los más pobres de entre los pobres la pasión y muerte de Jesús, tan necesarios para luego poder resucitar...
    La descripción que haceis es vivo reflejo de lo que yo misma viví en la vieja Delhi hace poco más de 1 mes: Es sobrecogedor, apabullante, indescriptible, tumultuoso, inimaginable a pesar de lo contado y visto en pelis y documentales... todo eso mezclado con el intenso color de las ropas, el bullicio de las calles, el olor que mezcla el aroma a especias y humanidad, los niños corriendo alegres y descalzos cruzando las calles ajenos al peligro del tráfico...Diferentes religiones, diferentes culturas, diferentes razas...
    ¿cómo es posible mezclar en la India todo eso y no sucumbir al resultado?
    Imagino a Cristo caminando por las calles de Calcuta, seguramente rodeado hasta el cuello de niños tirando de sus ropas para robarle su atención, mujeres cargando en brazos con sus bebés pidiéndole algo para darles de comer, enfermos de todo tipo de males arrastrados a sus pies rogándole misericordia para sus cuerpos y almas... La Madre Teresa vió allí a Jesús dando cumplimiento a las bienaventuranzas y al mandato de amar al prójimo como a uno mismo... Pues bien, amigos eso es lo que sois vosotros: sois Cristo vivo por las calles de Calcuta. Tal vez no podais obrar milagros, ni curar de un plumazo los males de los hombres, pero podeis sonreir, abrazar, acariciar, escuchar... y ser una vez más el manifiesto de Jesús.
    Os quiero muchísimo a todos, a los de Calcuta y al resto de Janeiros, que estamos muy cerca de vosotros.
    Que Dios os bendiga y rezad por todos nosotros ante la tumba de Madre Teresa. ¡Lo que yo daría por estar ahí!

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