lunes, 2 de abril de 2012

Oficina del voluntario

Por la tarde fuimos a inscribirnos en la oficina del voluntario, donde nos recibió una guapa voluntaria mejicana que lleva en Calcuta dos meses y piensa estar otros cuatro mas. Ya había querido venir hace años, pero su padre se lo negó diciendo que tenia primero que estudiar, pues bien, este año termino la carrera y decidió pasarse un año sabático ayudando a los demás. Nos explico las normas y las casas que hay en donde trabajar, asi como el bar donde se reunen los voluntarios al final de la jornada, el "café español".
El lugar es el patio de una de las casas, dedicado a los niños. El ambiente es bullicioso, todo llenos de voluntarios nuevos, recién llegados. Los más veteranos informan, por idiomas, a los más nuevos. Entre ellos hay un personaje que resulta atractivo, con un turbante, aunque se adivina que es calvo, con patillas y perilla y vestido a la hindú. Después de la explicación de los veteranos, las hermanas van llamando uno a uno para rellenar una fichar, hacer entrega de un carnet y asignarte el centro donde se vas a prestar el servicio como voluntario.
En ese mismo sitio estan los niños, los bebes, una gran sala con 65 cunas todas llenas de bebes que han sido abandonados por sus padres y en la planta baja otro tanto de cunas pero ahora vacias por que los niños estaban comiendo y jugando en las habituaciones contiguas. Todos estan esperan ser adoptados, encontrar un hogar. Para terminar visitamos la sala de los niños con deficiencias psiquicas y esto fue bastante mas duro, sin embargo la mayor parte del grupo supo estar a la altura de las circunstancia y prestarles algo de cariño a estos niños que están deshauciados para la adopción.
Maite y yo en ricsow

Al salir, Gemma, Maite y yo decidimos darnos una vuelta por el Spanish Cafe que es donde se reunen los voluntarios a ultima hora. Cogimos un Ricksow de bicicleta, es decir, el señor que lleva el vehiculo en lugar de ir andando va montado en la bici. Normalmente son para dos pasajeros pero aqui se montan hasta cuatro en una moto, por tanto Gemma y yo nos sentamos en el asientos de atras y Maite en el sillin. El señor de pie pedaleando, parece mentira, con lo delgadito que es y se metia a toda velocidad, sorteando coches bicicletas, perros, personas, tenderetes y todo lo que se pusiera delante. Al final le pagamos mas de lo que habiamos concertado, y ademas Gemma le regalo una camisa, pues traia la maleta llena de cosas para ir donandolas.
El Spanish cafe es una especia de burger donde el publico es todo blanco y hay wifi a parte de eso, ni cerveza.
De regreso al hotel en el mismo medio de transporte, pasamos una velada agradable todo el grupo reunido donde al final los italianos nos ensenaron algunas canciones muy bonitas para cantarlas en nuestra misa. El idioma no es ningun problema cuando hay una misma fe y un mismo sentimiento.

1 comentario:

  1. Me alegro de que haya un buen ambiente.

    La convivencia con los compañeros es una buena ayuda, para relajarse y poder enfrentar mejor las situaciones difíciles.

    Y es algo que siempre aparece en las experiencias que leo en los blog de voluntarios.

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