Despues de una noche reparadora, descansando bien el cuerpo me pide mucha actividad, por lo que despues de una ducha y llamar a la puerta de las chicas para despertarlas, me lance a patear el despertar de las calles de roma, pasando por la plaza de San Pedro, la misma que una hora despues presidia nuestro desayuno en el comedor de la residencia, menudas vistas. De nuevo los tres en la calle, fuimos hasta la basilica de San Pedro y escuchamos misa en la capilla de San Jose, bajamos hasta la tumba de San Pedro y visitamos tambien las de los papas Juan Pablo y Juan XXIII. De vuelta a la residencia rehicimos la maleta y yo encontre un ordenador donde subir mi primera cronica al blog. Salimos para esperar a Giusepe que nos llevaria de nuevo a Fiumicino, cuando conocimos a Matiu, un seminarista hidu, que esta estudiando en roma, con el que departimos sobre nuestro proyecto y el el suyo.
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Maite, Matiu y Gemma |
Cuando por fin llegamos a Fiumicino, conocimos al resto de integrantes de la espedicion, besos, estrechar de manos y un monton de nombres imposibles de recordar por ahora.
Nos pusimos puntualmete a cola de la facturación y cual es nuestra sorpresa que nos dicen que el avion en lugar de salir a las 15 h, sale a las 22h. Nos salimos todos de la cola y al ir Luis Manuel a preguntar que habia pasado se entera que el agente que ha tramitado las reservas de este viaje ha cambiado los vuelos por que cosiguio un precio de ultima hora donde él como intermediario ganaria mas dinero, dejando ademas a uno de los italianos sin billete. Intentando hablar con él por telefono Luis Manuel para pedirle explicaciones, ahora no coje el telefono. Al parecer es una persona que ya le ha hecho algun tipo de chanchullo de este tipo. Para colmo tambien nos enteramos que ha cambiado el vuelo de regreso para un dia antes, menos mal que no es para un dia despues. Por tanto vamos a estar dos dias menos en Calcuta, pues llegamos el domingo de ramos en lugar de a las ocho de la manana, a las ocho de la tarde y volvemos un dia antes. Pero al mal tiempo buena cara, un dia mas en Roma a la vuelta y ahora Maite, Gemma y yo hemos cogido un tren y nos volvemos a Roma. El tren debia de tardar treinta minutos en llegar a Roma, pero tardó casi una hora, pero a parte de ese mal rollo todo salio como la seda. Comimos en el Pastarito Pizarito, pues eso , pasta, pizza y ensalada con récula y por supuesto, emulando a alguien que todos sabemos, pan con aceite de oliva muy verde. Ya estabamos al lado y fuimos a Santa Maria la mayor, donde ademas de las reliquias del pesebre, vimos una misa de lo mas curiosa y que especialmente a Maite le gustó mucho, al menos cinco sacerdotes, en latin, de espaldas al pueblo y con un coro de monjas con voces angelicales, una misa con mucha simbologia antigua. Despues pasamos por la basilica de Santa Prassede, donde esta la columna donde ataron a Jesus para la flajelacion. A continuacion bajamos por una calle para luego subir por una escalera muy empinada donde algunas personas les gusta demostrar lo jovenes que son. Todo esto para llegar a San Pietro in Vincoli, donde ademas de las cadenas que llevaron atado a San Pedro, esta el soberbio Moisés de Miguel Ángel.
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Gemma y Maite en la Plaza de San Pedro |
Despues volvimos a bajar por la escalera abovedada para llegar hasta el coliseo. Lo vimos solo por fuera pues ya debiamos de volver Preguntamos a un taxista cuanto nos cobraria por llevarnos a Fiumiccino y nos dijo sesenta y cinco euros, lo cual nos parecio caro y le dijimos que nos iriamos en el tren. Despues de hablar entre los taxistas de la parada, se ve que tenian poco trabajo y dijeron que nos llevaria por el mismo precio que nos saldria el tren. Sin haberlo querido nos salio bien el regateo. La llegada al aeropuerto fue en tiempo record, ahora se que a los italianos les gusta emular a sus grandes figuras del deporte del volante. Al llegar nos encontramos a nuestros compañeros de viaje en el mismo sitio que les dejamos, vaya que sacamos partido a la faena del cambio de vuelo, roma siempre vale otra visita.
Facturamos las maletas y ya que no llegaremos a calcuta para la misa de ramos, nos dirigimos a la capilla del aeropuerto donde celebramos una misa biligue, italiano, español con sus ramos de olivo y todo. Despues tuvimos que hacer una buena cola para pasar el control policial, tanto que anunciaron que era la hora limite, por lo que nos vimos corriendo por los pasillos del aeropuerto hasta meternos en una lanzadera que a toda velocidad nos llevo hasta el tunel de entrada al avion. Este era otra cosa, muy grande, el despegue ni se noto y en la pantalla individual un monton de peliculas me esperan para pasar el rato, mientras llega la cena e intento dormir. Y ya es otro dia.
Me alegro de que os fuerais de nuevo a Roma, así no se tiene la sensación de tiempo perdido.
ResponderEliminarA Miguel Ángel y a mi nos pasó algo parecido una vez y lo disfrutamos mucho.
Besos